En ella se pudo constatar en dichos trabajos una ocupación humana de época calcolítica, primordialmente de enterramientos, aunque en las últimas excavaciones sus autores afirman que pudo haber incluso otro tipo de ocupación, bien como hábitat o como refugio temporal.
La propia topografía de esta cavidad hace muy difícil estas últimas observaciones ya que la entrada es tremendamente estrecha seguida de un laminador de unos 4 m. de techo muy bajo.
La topografía se realizó en 1976 por espeleólogos del grupo madrileño G.E. Maliciosa, encaminada a referenciar los diferentes cortes estratigráficos planteados en la cavidad.
A mediados de los 70 miembros del Servicio de Investigaciones Arqueológicas de la Diputación de Granada, entran en la cueva, entre ellos uno de nosotros (González-Ríos), pudiendo comprobar las dimensiones de la cavidad, con cerca de un centenar de metros y una profundidad de unos 20 m.
En esta ocasión se trataba de volver a localizar la cueva para fijar sus coordenadas, siglado y revisión topográfica. Sobre las 10 de la mañana comenzamos a subir el cerro, localizándose la misma a las 12:00. José Manuel Alcaide tuvo la suerte de dar con ella, avisando al resto de compañeros. Previamente habíamos dejado el Land Rover en el pie del cerro con todo el material, lo que nos obliga a bajar hasta el vehículo e intentar alcanzar un antiguo carril que accede a las partes altas de Cerro Castellón. Tras varios intentos con el todo terreno lo conseguimos, quedándonos a un centenar de metros por encima de la cueva.
Con todo el material preparado y equipados entra Juan Manuel Salas comprobando que la cueva está colmatada de sedimentos que hacen imposible su entrada. Efectivamente tras varios intentos el laminador localizado a unos 4 m. de la boca está casi colmatado, eso si, con un fuerte tiro de aire y siendo imposible su desobstrucción sin una limpieza previa de los metros anteriores.
Al no llevar material apropiado tan solo se le coloca la chapa de identificación y se sacan las coordenadas.
Es muy probable que las lluvias caídas desde los últimos trabajos hayan arrastrado los sedimentos hacia el interior colmatando el laminador.
Situación de la Cueva
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