El 5 de julio un grupo de compañeros, entre los que se encontraban los más jóvenes y algunos de los que menos tiempo llevan con nosotros, fueron a refrescarse en el siempre satisfactorio barranco de Río Verde.
El precioso color del agua del que toma nombre, y la sucesión de rápeles, espectaculares saltos y toboganes, junto con los cortos tramos de progresión horizontal que permiten breves descansos hacen de este barranco “clásico” un lugar excelente para iniciarse y practicar este deporte, siempre sin olvidarnos de que, por fácil y amable que pueda parecer, requiere de toda nuestra atención y de las técnicas apropiadas.
0 comentarios:
Escribe aqui tu espeleocomentario